Hay imágenes (diseños, en este caso) que son representativas por si mismas como iconos, pese a no haber sido concebidas para ello. Hay ocasiones en que esto sucede en positivo y otras en que se produce el efecto contrario y una imagen termina siendo un símbolo de algo con connotación negativa. El diseño que esta entrada revisa, la tercera equipación 2007-2008, de color rosa, es posiblemente la muestra más significativa de una tendencia al exceso en los diseños de las camisetas del Sevilla, en particular en las terceras equipaciones, evidente en la segunda mitad de la década de los 2000, explorando múltiples colores -en su mayoría muy intensos, incluso estridentes- alejados de las líneas clásicas y con el objetivo claro de ser distintos y llamativos, aunque con resultados estéticos discutibles y que en un sentido u otro indudablemente alejaron la estética del Sevilla de la de un club de imagen clásica. Para revisarla, usaremos una camiseta utilizada en juego por Pep Martí.
El contexto de la camiseta es, por supuesto, el de las terceras equipaciones, donde los experimentos son más aceptables y puede jugarse más con los elementos de diseño. La tendencia que el Sevilla siguió estos años, voluntaria o involuntariamente, fue la del riesgo máximo en sus diseños, adoptando prácticas poco habituales como el elevado número de diseños por temporada, o los llamativos colores en los mismos. Esta camiseta concreta se enmarca entre los diseños más discutidos y rompedores de la historia del club, entre otros como la tercera equipación negra y azul de la temporada precedente, la segunda equipación naranja fluor de la misma temporada 2006-2007, la arlequinada de la 2009-2010, o la turquesa de la 2010-2011, dejando aparte algunos diseños europeos. Resulta evidente que el club, en sus diseños de este periodo, entra en una línea de búsqueda del “más difícil todavía”, llevando al extremo sus ideas. El éxito o fracaso de las mismas no sólo debe evaluarse desde el punto de vista de las ventas (el club no aporta datos de las mismas, aunque resulta fácil a menudo viendo los stocks sobrantes o agotados hacerse una idea de las mismas), sino desde la perspectiva de la imagen de un club centenario, con unas señas de identidad bien establecidas. Un club clásico como el Sevilla posiblemente habría resultado un marco perfecto para innovar con moderación usando tonos de rosa más apagados (al estilo del Palermo italiano), pero quizás no tanto para el tono más intenso de rosa posible, como es el caso aquí. Estos impactos en la imagen no son de corto plazo, y esta corriente de diseño sin duda afectó a la imagen de marca del club. Si bien esta camiseta, como la mayoría de terceras equipaciones, se utilizó poco, sí que lo hizo en algunos escenarios de mucho impacto mediático como el Nou Camp (viéndose aumentado el efecto visual del diseño por el hecho de que el pantalón era del mismo color rosa intenso).
La camiseta sigue la plantilla de diseño de las dos primeras equipaciones domésticas, esto es, un modelo asimétrico, con una construcción que de alguna forma asemeja (a propósito) estar realizada con retales, ya que incluye paneles de distintos colores y hasta tres tipos de tejidos, además de tener un corte amplio poco favorecedor (y a diferencia de modelos de otras épocas, en este caso no era la tendencia de las prendas deportivas del momento). El diseño se estructura respecto a un panel cuadrado carmesí (semejante al de la primera equipación) en el hombro izquierdo, del que parten un panel curvo blanco horizontal que sirve para distribuir la parte delantera en torno al mismo. El color predominante, es el rosa, con paneles en blanco además del citado cuadrado del hombro en carmesí, que excepto este detalle y otro en el cuello tiene poca presencia global. Es esta combinación de tres colores, añadiendo uno a los utilizados en la primera y segunda equipación, la que resalta visualmente los distintos paneles recargando el conjunto en exceso (además de lo intenso del rosa dominante). Los detalles de esta parte delantera son los siguientes (imagen a continuación, clic sobre ella para ampliar): escudo del Sevilla F.C., en el lado izquierdo, bordado aparte y cosido a la camiseta por el borde dorado, en el formato habitual en Joma que se retoma tras el cambio de las dos temporadas precedentes y que seguiría usándose en adelante; logo Joma en relieve afelpado, en color negro con borde blanco (formato que tendría continuidad la temporada siguiente); patrocinador 888.com, en su segundo año en el club e integrado a través de un parche rectangular blanco con el logo impreso, a semejanza de la segunda equipación y a diferencia de la primera (esto es, mal integrado, ya que habría resultado perfectamente visible en color negro y recortado, al igual que en la primera equipación) y que en el último tramo de la temporada sería tapado por una variante del mismo promocionando a su portal filial 888sports.com, en un parche blanco de tamaño aún mayor que cubría al original); sello de autenticidad Joma, en vinilo en la parte inferior izquierda, en plateado y con el texto “Réplica Oficial”, tanto en las réplicas de tienda como en las camisetas de juego, como es el caso. El cuello, por su parte, es fundamentalmente a la caja pero el hecho de que su contorno lo definan paneles incluso de distintos tipos de tejido hace que esta forma se vea ligeramente modificada, como es el caso de la parte frontal que se convierte en un cuello recto, rematado por una pieza rectangular pequeña, de tejido elástico y color carmesí, en el centro. Los rasgos de asimetría y construcción en base a distintas piezas de tejido se hace especialmente patente en toda esta parte frontal superior de la camiseta.
Especialmente llamativa en esta parte delantera es la citada estructura de paneles (asemejando retales), idéntica en las tres equipaciones domésticas. Este exceso de piezas en la parte delantera supone un elevado número de costuras (con la consiguiente incomodidad para el jugador) y una complejidad estructural que hace que, sin justificación aparente (más allá del aspecto de diseño) coexistan tres tipos de tejido incluso en un reducido espacio dentro de la camiseta: uno con una textura de franjas finas con aparentes microperforaciones, pero sin serlo realmente; un segundo con una textura de nuevos con microorificios aparentes (y de nuevo no reales) de menor tamaño, aunque distribuidos de manera continua a diferencia del anterior; y un tercero completamente liso, con bandas verticales alternas en mate y brillo, que asemejan tonos distintos de rosa. En la imagen a continuación (clic sobre ella para ampliar) pueden verse los tres tipos de tejido.
Las mangas son de corte amplio, rompiendo con la línea de mangas ajustadas de las dos temporadas precedentes, y realizadas íntegramente en el tejido de microperforaciones de distribución homogénea, en color rosa, resultando muy sencillas en comparación a la complejidad de la camiseta. En la manga derecha encontramos el habitual parche de la LFP, de gran formato en esta ocasión, microbordado y cosido a la camiseta por el borde, en un cambio completo respecto al parche de vinilo utilizado la temporada anterior. La manga izquierda no presenta ningún patrocinador o detalle en este caso, como fue la tónica gran parte de la temporada. No obstante, en el último tramo de la misma se utilizó en este espacio el patrocinador Cajasol, que estrenaba marca tras la fusión de cajas andaluzas, y en este caso lo hizo con un parche rectangular de fondo azul con el logo en él en blanco y amarillo (esto es, con una pobre integración). En esta versión de manga corta, los ribetes de las bocamangas consistieron en unas costuras vistas (elemento habitual de Joma) en color carmesí.
La parte trasera es más sencilla estructuralmente que la delantera, además de contener menos detalles lo que también la simplifica visualmente. El color predominante es por supuesto el rosa, incluso aún más que en la parte delantera al no haber elementos que mitiguen este efecto. El elemento más destacado de esta parte es el nombre y dorsal del jugador, MARTÍ 18, en la elegante tipología utilizada esta temporada, fabricada en vinilo, de color negro con gruesos bordes blancos en homenaje a la utilizada por la selección holandesa en el Mundial de 1974 (sin que esté muy claro el motivo de esta referencia u homenaje por parte del Sevilla, debiéndose con toda probabilidad tan sólo a motivos estéticos). Curiosamente, estos dorsales pueden aparecer con acabados tanto en mate como en brillo (caso de esta camiseta).
Los elementos de esta parte trasera son los siguientes (ver imagen a continuación, clic sobre ella para ampliar al doble de su tamaño): silueta del escudo del Sevilla en la parte inferior de los dorsales, en color blanco, constituyendo esta temporada la primera aparición de este elemento de diseño que sería recurrente (aunque no continuo) en las temporadas siguientes; patrocinador Andalucía bajo el dorsal, en color negro al igual que en la primera equipación, recortado, manteniendo el logo que cambió a finales de la temporada 2005-2006 y que sería un fijo en las camisetas de competición nacional del Sevilla (tanto en ubicación como en diseño) hasta la temporada 2011-2012 con el fabricante Li-Ning (incluida).
Otros detalles de la camiseta: En este caso toman especial relevancia los costados, que toman protagonismo en el diseño a partir del juego de combinaciones de distintos tejidos que caracterizan la equipación, pero curiosamente no están realizados en un material que favorezca la ventilación (utilizan el tejido de franjas finas, en color blanco en contraste con el rosa, en un esquema distinto a la primera y segunda equipación donde los costados eran del mismo color que el resto de paneles y por tanto no destacaban visualmente). En el costado izquierdo aparece la palabra Sevilla en vinilo semitransparente, en vertical y en la tipografía oficial del club en aquel periodo, siendo poco visible por el poco contraste, como ya sucedía en la primera equipación (imagen a continuación, clic sobre ella para ampliar).
En el caso de la primera y segunda equipaciones de esta temporada 2007-2008, el diseño funciona bien pese a los defectos citados (abundancia de tejidos y costuras, corte amplio poco actual) ya que la sobreabundancia de paneles (construcción “a retales”) se ve atenuada por el hecho de que todos son del mismo color, lo que visualmente simplifica el diseño. Además, por supuesto, de utilizar combinaciones de colores clásicas en el Sevilla, aún con innovaciones (el tradicional blanco y el reciente carmesí rebautizado comercialmente en la promoción de estas camisetas como “rojo sangre”). Ninguno de estos aspectos que mitigaban los puntos débiles del diseño en aquellos casos se da en esta tercera equipación: los paneles toman tres colores distintos y hay alternancia de los mismos en paneles adyacentes -lo que resalta la construccion excesivamente compleja y visualmente añade demasiados elementos a la camiseta- y sobre todo el hecho de que el color predominante de la equipación es un rosa excesivamente intenso, prácticamente flúor, que satura absolutamente el diseño, llevándolo al exceso. Volviendo al inicio de la entrada, esta equipación es indudablemente un icono de la época más extrema (y fallida) en los diseños y la búsqueda de notoriedad (ya sea por razones positivas o negativas) en la que cayeron las camisetas del club (sobre todo las terceras equipaciones y las europeas) estas temporadas.